David Rubio
Hace más de un año Eloy y yo decidimos subir la cima más alta del norte de África. Nos apetecía visitar, conocer, comprender y, sobre todo, vivir Marruecos. Una vez asentada la idea de realizar el viaje al norte de África las pretensiones del viaje fueron cambiando y evolucionando hasta tal punto que un 3 de agosto del 2012 se presentaron tres crevillentinos y un oriundo de la Benidorm en Alto Atlas, más concretamente en el Macizo del M´Goun, para posteriormente marchar hacia el Toubkal.
La aventura comenzó en Ceuta, donde tras pasar los pertinentes “protocolos” de la aduana nos adentramos en el país con intención de llegar a la zona de Agouti, más concretamente a Arousse (si decidís embarcaros en esta aventura, os recomiendo que llevéis todo el papeleo bien reglado. Os ahorrareis más de un quebradero de cabeza).
Lo mejor es circular por la autopista hasta Casa Blanca y una vez allí dirigirse hacia Béni Mallal, para ya luego encauzar hacia Azilal, Agouti y Arousse. Nosotros no utilizamos esa ruta sino que descendimos directamente desde Ceuta sin pasar por Casa Blanca. No pudimos realizar la ruta completa hasta Arousse en el mismo día por lo que pernoctamos cerca de Khénifra. Al día siguiente tras unas cuantas horas de coche y carreteras “bin u bin” llegamos al pequeño hotel rural de Arousse donde nos esperaba un excelente lugar para alojarse, descansar y comer bien. El pequeño hotel rural nos gustó muchísimo, pudimos dormir en habitaciones amplias y ventiladas, descansar en un lugar agradable rodeado de nogales y pequeños huertos, hacer una pequeña aproximación al valle y reponer energías.
A la mañana siguiente nos metimos en faena, sabíamos que nos esperaba una jornada de seis o siete horas pero no sabíamos las características de la misma, aún así preferimos no ir con guía y adentrarnos en el valle con nuestros mapas.
Tras dos o tres horas andando paralelos al rio Arousse y al valle de Bou Gumez llegamos a Izib Ikis donde a partir de aquí encontramos un desnivel hasta Tizi Tarkedit. La subida se realiza por una senda serpenteante y acompañada ese día de viento fuerte y algunos repechos graciosos. En el collado no pudimos estar más de 2 minutos por el viento y en la cima más o menos lo mismo. Una vez salvada la cumbre (calculamos que sobrepasamos los 3000m de altitud) iniciamos la bajada de unas 2-3 hasta el refugio de montaña Terkedit.
Tras una cena al viento y fuera del alcance de los ojos de las personas que se encontraban en Ramadán nos acostamos pensando que habíamos quedado a las 5 de la mañana con unos vascos para subir a la cima del Oumsoud o Ighil M´Goun. Tras “domir” iniciamos la marcha nosotros solos ya que el grupo de montañeros vascos habían salido antes de tiempo. Tras 1 hora de ascensión y cruzarnos con ellos y con su guía decidimos proseguir solos ya que el camino hacia la cresta está bastante claro y visible. Y hablando de subidas a la cresta, dura, suelta y pedregosa a tope, aquí ya tuvimos las primeras sensaciones de esfuerzo. Decir que aún viendo la dificultad que entrañaba subimos con bastante facilidad; imagino que debido al entrenamiento realizado anteriormente. Decir que tanto Eloy, Juan Carlos y José María entrenaban juntos y en secreto en la sierra de Crevillent mientras que yo hacía lo mismo en lugares más próximos a mi residencia como son el Puig Campana y Serra Gelada. Recuerdo un día que ya era de noche y a lo lejos vi a 3 personas subiendo hacia el Puntal de Matamoros y me dije, ya no soy el único “colgao” que sale a la sierra de noche. Luego me enteré que esas tres personas eran los componentes de la expedición que estaban entrenando en secreto, con nocturnidad y alevosía.
Hasta alcanzar la cresta/cuerda del M´Goun se salva un desnivel importante y hay que tomárselo con paciencia, aquí pudimos ver como el grupo de montañeros vascos junto con su guía se tomaban su tiempo para subir, nosotros agarramos un ritmito bastante correcto y tras pequeñas paradas para reagruparnos y beber un poquito de agua alcanzamos la cresta tan deseada.
Una vez allí y tras darnos cuenta que “AMIGO PRISA MATA” nos pusimos manos a la obra para franquear la espectacular cresta acompañados de nuestro tan querido viento. Esta cresta nos permitió cubrir varias cimas antes de llegar al Oumsoud (4.068 m): Tizi-n-Inquandoul (3.640 m) – Mgoum W (3.978 m) – Ighir-n-Taghourt (4.008 m). Una vez en la cima no pudimos estar mucho tiempo debido al viento que hacía acto de presencia: racheado, frio y con fuerza.
La bajada fue “graciosa” y, sobre todo, larga hasta Arousse. Nuestra intención era volver a nuestro pequeño paraíso: el hotel de Mohamed. Estuvimos a punto de bajar por la garganta del rio Oulilimt pero al ver que no estábamos seguros y que nuestra intención era llegar lo antes posible al refugio decidimos bajar por el mismo camino de subida, eso sí mucho más sueltos. Tras una pequeña parada en el refugio y comer una “espectacular” ensalada marroquí nos decidimos alcanzar otra vez la cumbre del Tizi Tarkedit y descender por el valle de Bou Gumez pensando ya en nuestro descanso. Durante este transcurso nos cruzamos con algún que otro pastor que parecía moverse apenas sin esfuerzo, a un chaval escuchando música y cantando mientras subía hasta la cumbre del Tizi Tarkedit y algún que otro camello. Tras una jornada de 11 horas llegamos a Arousse y en menos de 2 horas estábamos degustando nuestro pequeño regalo del día: un buenísimo tallín de cordero.
Así termina nuestra andadura por el macizo del M´Goun, espectacular lugar para conocerlo más a fondo y realizar otras rutas alternativas; Además de sentir el valor que sus gentes les otorgan al mundo rural, a sus huertos, ríos, casas artesanales y al tiempo que marca cada estación del año.
Queremos agradecer la colaboración de algunas personas importantes que sin ellas esta aventura no se hubiera podido llevar a cabo:
-A Torremocha, por contarnos su experiencia en el Toubkal y animarnos a realizar dicha cumbre y visitar Marruecos.
– A Antonio Tomás, nuestro guía en Crevillente; que intentó ponernos al día de todo lo que sabía sobre Marruecos.
– A Antonio, nuestro enlace en Ceuta, que si no llega a ser por él, todavía estaríamos esperando en la aduana ceutí.
Y que decir de todas las personas que nos hemos encontrado durante el camino: pastores tranquilos, niños curiosos y sonrientes, policías buenos y malos, “guías”, buenos cocineros, vendedores auténticos, chicos y chicas jóvenes……… a todos GRACIAS.
Muy pero que muy el relato de la aventura, ahora a pensar en la proxsima enhora buena a todos.
Felicidades david, yo no lo hubiese relatado mejor maquina
Enhorabuena la vida es mucho mas bonita cuando se llena d sueños ,me alegro q hyais culminado uno d ellos .Sois un gran equipo