Conocido en POLOP como EL LEÓN DORMIDO, esta bella montaña tuvo su primera escalada en 1.970 por parte de los británicos BRIAN ROYLE y KIM MELDRUM, por la ruta del Espolón de los Ingleses. Aquella aventura fue célebre en su tiempo. Aún guardo el reportaje de una revista inglesa sobre esta “hazaña”. Los escaladores se refieren a estas paredes como “Los Dolomitas Españoles”.
En 1.972 se consigue la vía más repetida de todo el macizo, sin duda una gran clásica de obligada ascensión para todo escalador ávido por conocer las mejores rutas de nuestras montañas. Por el nombre de la vía es obvio que sus aperturistas eran valencianos. Conozco estas paredes desde mediados de los 70, cuando existían muy pocas rutas. Hoy creo que hay cerca de un centenar, contando todos los sectores: Tozal de Levante, Torre de Enmedio, Sector Hadas, Sector Valencianos, Sector Este y Lomo del León.
Desde luego, nada tiene que ver la escalada de la época en que subía aquellas primeras veces con cletas (no conocimos los pies de gato hasta el 79), muchos clavos y poca experiencia. Por ello, cuando me veo con el material actual no puedo imaginarme volviendo a escalar sin estos magníficos friends, fisureros, cuerdas, goma de gran adherencia para los pies de gato, etc….
Volviendo al presente, estamos en Semana Santa de 2.006 y nos dirigimos hacia la tapia más importante del País Valencià. Voy bien acompañado por mi amigo Rafa y socio de la ACCLIVIS. El acceso es ahora más fácil porque la urbanización que hay en las faldas del Ponoig tiene un sinfín de calles asfaltadas y pronto se llega al depósito del agua, donde se dejan los vehículos. Desde aquí en poco más de 20 minutos estamos a pie de pared.
Los primeros metros son rápidos, al transcurrir por terreno fácil (III), con tendencia a la derecha, hasta la pirámide. Aquí empieza la escalada “seria”: un largo de V que nos sitúa al pie del gran techo. Mientras aseguro a Rafa miro hacia arriba y recuerdo cuando superamos el enorme techo rojizo abriendo la vía “Jordi” con mi compañero Jaime Ferrández. Era la primera vez que se escalaba este desplome, porque las vías evitaban esta zona mediante travesías: a la izda., la Valencianos, a la dcha., la Catalunya.
Rafa llega rápido a la reunión y pronto encaramos el tramo clave de la vía. Antiguamente se subía de forma directa unos 15 m. para iniciar la travesía desde allí, pero hace años que se consolidado esta variante que creo más interesante. Se trata de unos movimientos sobre placa y pequeños agarres donde podemos probar la adherencia de los pies de gato.
En el primer tramo los seguros están algo alejados, mejorando este aspecto en los últimos 15 m. que conducen a la reunión. Está graduado de 6a, y Rafa, aunque quejándose, sube presto y sin ningún contratiempo.
Las reuniones están con parabolts y esto es toda una garantía. Sin embargo, alguien se ha dedicado a quitar los clavos y en el largo siguiente no hay ninguno, cuando antes había 3. Se puede proteger con friends/fisureros. Tras 2 largos más nos encontramos en la gran repisa donde se solía hacer vivac hace años. Vamos ensamble y llegamos al último largo, un diedro de V, donde podemos emplear las técnicas de las chimeneas y un único clavo para estos 30 m.
Rafa saca unos trozos de estupenda coca de Crevillent y como ya estamos en la cima, nos repartimos un trozo para los dos. Son cerca de las 12 y nos queda la bajada. Tenemos que hacer una travesía de 60 m. de III/III+, hasta unas anillas y bajar en rápel hasta un pino, todo ello encordados. Ahora, tras recoger el material, trepamos por terreno fácil hacia la arista de la dcha.
Desde ahí hay que bajar unos 10 minutos por un sendero jalonado de hitos de piedras hasta localizar los rápeles: uno de 25 y otro de 30, que nos sitúan a pie de pared. Como dicen los entendidos es el momento de chocar la mano con el colega, cuando has rapelado, porque se considera una prolongación de la escalada
Al llegar al aparcamiento miramos hacia arriba y vemos a unos amigos de La Nucía que estaban en la travesía de la Valencianos. Por cierto, estaba lleno de escaladores, la mayoría madrileños, ubicados en este aparcamiento, punto de observación del Ponoig.
Ha sido una jornada interesante. Espero que Rafa siga queriendo compartir algunas escaladas más dentro de poco. Personalmente me he alegrado mucho, para que conozca una de las paredes que más interés despierta entre los escaladores y demás le he visto escalar con rapidez y sin pasar agobios.
Hasta nuevas aventuras.
Escalada efectuada el 14 de Abril de 2.006 por Manolo Pomares del Club de Montaña ACCLIVIS de CREVILLENT.