Camino de Santiago a Finisterre
PROLOGO
Después de haber completado totalmente el camino de Santiago francés, caminando en solitario 800 kilómetros, desde Saint Jean Pied de Port (Francia) a Santiago de Compostela. Me quedaba el reto de llegar caminando al cabo de Finisterre, para así completar el ciclo.
El Camino de Santiago no siempre termina en la Catedral de Santiago, desde la Edad Media, muchos peregrinos realizaban este Camino a Finisterre. (Lugar de gran simbolismo y vinculaciones jacobeas, donde antaño se situaba el fin del mundo conocido). Algunos ilustres peregrinos, como el clérigo Doménico Leffi, decidieron continuar el camino hacia el lugar que simbolizaba hasta el fin del Medievo, el último reducto de la tierra conocida o el punto más occidental de la Europa continental. Finisterre (antiguo Finis Terrae) era el destino final de ese itinerario mítico-simbólico que seguía el rastro marcado por la Vía Láctea. En la actualidad es uno de los trazados que gana más peregrinos.
Después de este año tan duro y difícil que hemos vivido, era mi deseo llegar caminando al faro del fin de la tierra y ver el mar desde el kilómetro cero del Camino de Santiago. Deseaba recuperar muchas de las emociones vividas en este largo trayecto y además rendirle un merecido homenaje a mi perrita Dora (ya fallecida), la cual ha sido mi fiel compañera en tantas etapas del camino de Santiago. También me ha acompañado en muchísimas rutas y cumbres de toda España.
El sábado día 31 de julio, me desplazo a Finisterre para dejar mi coche y volver en autobús a dormir a Santiago e iniciar la marcha el día siguiente.
Vuelvo a Santiago con las Ilusiones renovadas para afrontar este final de aventura y reencuentro con las emociones que me aporta el camino. La noche está muy animada, a pesar de la pandemia, se respira un ambiente festivo en las calles. Se escucha la música de los gaiteros y tunos tocando en la plaza D`Obladoiro y el jolgorio de muchos peregrinos bailando por haber terminado su camino.
1/ Etapa (De Santiago – A Pena)
A las 6 de la mañana inicio el camino desde el hotel San Lorenzo, descendiendo por la Rúa, iluminado por las luces de la ciudad, pronto encuentro las primeras marcas y flechas amarillas, que me guiarán durante todo el recorrido.
Sigo bajando por la rúa de San Lorenzo durante medio kilómetro ,hasta llegar a la carballeira (robledal) de San Lorenzo, donde me encuentro el mojón del Epílogo que indica la distancia de Finisterre ( 88’139 Km). Junto a la carballeira se conserva el Pazo de San Lorenzo de Trasouto, que originalmente era un Convento Franciscano (S. XIII).
Continuo por la Costa do Cano, para descender hasta Ponte Sarela, Tras cruzar el río con el mismo nombre, podemos ver las ruinas de las antiguas fábricas de curtidos, dejando definitivamente atrás las luces y la ciudad. Enciendo el frontal para poder orientarme al pasar por un oscuro y frondoso bosque verde. Da un poco de miedo atravesarlo en solitario en la oscuridad de la noche. Durante algo más de un kilómetro, me acompañan los sonidos nocturnos de la naturaleza.
Tras cruzar este oscuro tramo del bosque, las señales, me llevan por una senda que conduce a Sarela da Baixo, donde hay una bonita panorámica de Santiago y se pueden hacer fotos y ver por última vez la Catedral iluminada, que preside una ciudad, en la que empieza a amanecer.
Sigo alternando durante 8 km, caminos de asfalto y pistas de tierra, pasando por diversas aldeas y zonas boscosas. Una vez llego a la aldea de Aguapesada, dejo la carretera AC 453, para desviarme hacía la izquierda, siguiendo las indicaciones que se ven claramente en la calzada. Cruzo un bonito puente y durante unos 2,5 km, inicio un fuerte ascenso por pista de tierra, donde alcanzo al primer peregrino y hacemos la dura subida juntos…Me cuenta que viene caminando desde Irún, haciendo el camino del norte, acompañado con una amiga, la cual le había abandonado en este último tramo, para quedarse a disfrutar la noche de Santiago.
Tras esta dura subida, iniciamos un nuevo descenso de 3 km por asfalto, hasta llegar a Ponte Maceara, donde se halla Ponte Vella, un gran puente de piedra de origen romano que cruza el río Tambre, desde el cual podemos observar varios molinos de agua a la orilla del río. Este bonito conjunto histórico es uno de los pueblos más bonitos de España y supone un lugar de obligada parada para hacer fotos y disfrutar de este bello lugar para todos los pelegrinos que realizamos el camino. Además, dispone de algún bar para reponer fuerzas.
Dejo atrás Ponte Maceira y continuo por pistas de tierra y asfalto. A tan solo en 3 km llego a Negreira, un bonito y bullicioso pueblo, en el cual los domingos montan un animado mercado en la calle, donde son típicas las pulperías, (puestos en el mercado que preparan un exquisito pulpo). Continúo caminando junto a los arcos del Pazo de Cotón, gran emblema de la villa con su gran arco almenado, el pazo está unido con la capilla de San Mauro: Templo con una estructura de tres naves del siglo XVIII. En su fachada se pueden ver una docena de escudos de armas, pertenecientes a las familias que lo habitaron. Me alejo del centro de Negreira por la carrera de San Mauro, pasando bajo el arco y cruzo el río Barcala, afluente del Tambre, que cuenta con un paseo fluvial para disfrute de los vecinos del Concello. Justo después, tomo la carretera que asciende hasta Negreira. Antes de llegar a la aldea, hay que dejar la carretera tomando una senda por la derecha, dejando a un lado la iglesia de San Julián, del XVIII y continuar durante un kilómetro por tramo boscoso de hoja caduca. Con el calor del medio día, se hace más ameno ascender hacia el alto da Cruz, cruzando por un espeso bosque, después de este bonito tramo salgo de nuevo a la carretera.
Una recta de unos 600 metros me conduce hasta San Mamede de Zas, donde se abandona otra vez la carretera para atravesar la aldea. A la salida viene un bonito paseo encauzado por muros de piedra y rodeado de vegetación variada.
El itinerario continúa por el bosque, caminando por antiguos caminos rurales durante 3,5 Kilómetros, en subida y con algunos toboganes por el monte de Espñareiro hasta llegar a la siguiente aldea.
Bajando hasta un cruce, me saluda un lavadero y una bonita fuente, que está en las faldas del Monte da Pena, a la entrada de Rapote, (aldea de la parroquia de San Martiño de Broño). Me refresco con las finas aguas y continúo mi camino. Nuevamente salgo al bosque, durante 1,5 Kilómetros hasta llegar al Alto da Pena, donde termina mi etapa en el albergue del mismo nombre.
Fecha de realización, 01-08-2021
Km recorridos, 32’50
Imágenes de la etapa: