Salimos con dos coches, adelantamos un coche a la localidad de Alguazas y con el otro volvemos a la capital de Murcia, para a las 6 de la mañana empezar a caminar, con la ayuda de los frontales, y la luz del lucero del Alba. Sin pensar en los kilómetros que teníamos por delante. La ilusión vence al agotamiento, pensando que en pocos días, llegaríamos a Caravaca de la Cruz.
Toda la etapa transcurre caminando por el camino de la cruz (GR 127) paralelos al rio. Entramos en un bello paraje, conocido como Bosque de Ribera formado por (álamos, chopos, sauces, almeces, olmos y tarays), creado para recuperar uno de los ecosistemas más amenazados de la Región por el problema de la caña, es una especie invasora y oportunista que proviene de Asia muy difícil de erradicar, rebrota rápidamente, disminuye la biodiversidad y aumenta el riesgo de inundaciones.
Llegamos al Azud Mayor o Contraparada, que es el motor de la ingeniosa red de regadío, de la huerta murciana. Una estructura situada en la margen izquierda del rio, que servía de aliviadero, en caso de avenidas o para desviar las aguas, cuando había que realizar alguna reparación en el azud.
Dejamos atrás esta estructura, y tras atravesar un puente de madera, caminamos por un sendero lleno de cañas, dejando al lado derecho la localidad de Las Torres De Cotillas. También pudimos ver la ermita de la salud, aunque solo por fuera y dos chimeneas hechas de ladrillo, seguramente de alguna fábrica, ahora desaparecida.
Poco a poco vamos dejando estos parajes, y empezamos a contemplar la población de Molina De Segura, la cual bordeamos para dirigirnos a nuestro destino.
Finalmente llegamos a Alguazas, final de la etapa, más concretamente a la iglesia de San Onofre (S. XVI), que estaba cerrada, por lo que nos dirigimos al ayuntamiento de la localidad, en donde sellamos las credenciales.
Imágenes de la etapa: