Desde las Casas de Carrasco, Pontones (Jaén), vamos a iniciar un recorrido circular que nos llevara a contemplar algunas aldeas (La Agrajea), varias cortijadas y en especial una de ellas, la Almazara de los Carmona, donde hace unos 50 años todavía se utilizaba para la elaboración del aceite de la zona. Todas ellas en ruinas pero con unas vistas y unos emplazamientos de las mismas dignas de merito.
El sendero que seguimos hasta la aldea de Montalvo es una preciosidad, la aldea no tiene desperdicio, coqueta, muy natural, han sabido conservar su estilo, aunque hay otras casas más modernas no le quitan encanto. Desde la fuente y los tornajos sale el sendero que nos llevará hasta el collado de Martín Caro (visible desde la aldea), según nos dijo un señor ellos lo llaman la “V” por su forma característica.
Desde el collado, las vistas hacia el embalse del Tranco y la sierra de las 4 Villas impresionan por su poderío, desde aquí, vamos a seguir por un sendero perdido pero aun reconocible, siempre dando vistas a la aldea de Montalvo y al arroyo Montero que discurre por el fondo del barranco.
Pasamos por algunas ruinas, un corrimiento de tierras y arboles caídos hacen que en algunos tramos el sendero desaparezca, en uno de estos tramos lo perdemos y decidimos bajar directos al rio, lo cruzamos y nos encontramos con las Zahurdillas, creemos que es otra aldea obligada a desaparecer como los Centenares, Miravetes, Goldines, Canalejas, etc., las huelgas “pequeñas huertas o sembrados”, hacen acto de presencia junto a los restos de las casas.
A partir de aquí, el sendero por llamarlo de alguna manera desaparece, vamos siguiendo el río junto a una valla, las zarzas, los corrimientos y la maleza que campa a sus anchas, hacen este tramo un poco agobiante, llegamos a la almazara de los Carmona, es inconfundible por la maquinaria que podemos contemplar, justo enfrente al otro lado del río el cortijo del Palancar, cruzamos el rio por donde podemos y remontamos hasta la Agrajea.
Otra aldea ruinosa situada en un enclave privilegiado, un olvidado olivar y una fuente sin agua son mudos testigos de una vida pasada que no volverá, solo las personas que patean estos lares y las cuatro fotos para recordar estos parajes, consiguen que no caigan en el olvido. Un cómodo sendero que no da respiro nos deja en un inimaginable mirador, los restos de la casa forestal del Aza.
Desde aquí, el sendero llanea y cuando empieza a descender nos llama la atención porque tenemos que subir hasta el collado Martín, repasamos los datos y el mapa y “voilà” este sendero no es, el nuestro está unos 70 m. por encima nuestro, pues nada, para arriba a coger el sendero bueno. El sendero “bueno” también es ancho y cómodo, llegamos al collado y seguimos por la derecha sin asomarnos al otro lado, salimos a otro collado más pequeño, de la Romana pone en el mapa, más ruinas, otro collado sin nombre y por fin el sendero de esta mañana.
Ya solo queda desandar el recorrido hasta las Casas de Carrasco, pero en nuestra memoria quedarán grabadas para siempre las imágenes que hemos podido contemplar durante este recorrido y sobre todo lo dura que debió ser la vida en estos lares.
Realizamos esta actividad el día 13-4-17, ese día hizo mucho calor y las pocas fuentes que vimos estaban todas secas. Recorrimos 20’850 Km. con un desnivel + de 987, y un total de 8’46 horas de las cuales 2’40 fueron de paro.
Imágenes de la actividad: