Con un poco de nostalgia empezamos el nuevo día y último de nuestra travesía, esto se acaba, han sido unos días estupendos, aunque por las tardes los refugios se llenaban de gente, entre el día apenas encontrabas, dos, tres personas, la sensación de estar solamente tú y la montaña es muy gratificante. Solamente en las cumbres y collados más cercanos a los refugios había gente realizando sus actividades.
Hoy, el día va a ser largo, empezamos subiendo hasta la Brecha de Rolando, pasamos a la vertiente española y nos dirigimos hacia el paso de los Sarrios (asegurado con una cadena), sin problemas , más que nada es para cuando hay nieve. Desde el cuello de los Sarrios dejamos a nuestra derecha el Pico Anónimo y vamos siguiendo unos hitos de piedra para no perder altura, este terreno es muy cárstico, muy por debajo nuestro vemos, más bien sabemos, que discurre el sendero que va a Goriz, a nuestra izquierda el sendero que recorre las faldas del Casco y Marbore y que lleva a la laguna helada del Monte Perdido.
Vemos el collado Millaris o Descargador, hemos perdido los hitos pero vamos siguiendo alguna trochilla, vamos manteniéndonos sobre los 2400, a nuestra derecha el cañón de Ordesa, precioso desde este mirador improvisado, cruzamos el barranco de Goriz y el sendero que lleva a la cumbre del Perdido, vemos el refugio allá abajo y mucha gente hacia la cumbre, no van a caber. Vamos atrochando sin perder altura, pasamos por encima del collado de Arrablo y damos vistas al cañón de Añisclo, desde aquí, espectacular.
Vamos al encuentro del GR-11, que rodeando la mole de la Punta de las Olas (una de las tres Sórores) nombre, que se le da al Perdido, Soum de Ramond y Punta de las Olas (esto es otra historia). Estamos pasando por los Mallos de Lacai, a nuestros pies el cañón de Añisclo, por encima de nuestras cabezas la roca caliza de las Olas, este tramo del sendero se desaconseja con lluvia o nieve y sobre todo para gente inexperta.
Sobre los 2700 un abundante y gélido manantial nos da la bienvenida, a partir de aquí, se puede decir que es la parte más técnica del recorrido, el sendero transcurre por zonas inclinadas y resbaladizas, hay tres tramos equipados con cadenas, estamos rodeando la cabecera del cañón de Añisclo para alcanzar el collado del mismo nombre. Por el fondo del cañón discurre el río Bellos.
El descenso al valle de Pineta es largo y duro, es uno de los desniveles más fuertes de toda la senda pirenaica (1200 m. en apenas 3’500 Km.) Nos encontramos con gente del Este (Polacos, Rusos, no sabemos) las chicas eran grandes, pero sus mochilas eran todavía más, auténticos “armarios” como decimos por aquí.
Nos introducimos por el bosque creyendo que el sendero se haría más cómodo, nada más lejos de la realidad, continuos mini destrepes, raíces, calor, las ramas de los arboles, el cansancio acumulado del día (y anteriores) en fin, cualquier excusa es buena para decir que ya estábamos “hartos” de la dichosa bajada, nosotros no, nuestras rodillas.
Ya tenemos delante de nosotros el refugio de Pineta, una buena ducha para quitarte el cansancio y a comer de nuestras viandas a la sombra de los arboles, y como no, a preparar las vacaciones del año que viene, ahora que estamos “fresquitos”, que sentados cómodamente la mente y la lengua no conocen fronteras.
Imágenes de la actividad:
Fecha 21-8-2016
Hora de salida: 7 de la mañana
Hora de llegada: 16’15
Horas de paro: 2’32
Km. recorridos: 22’200
Desnivel + 917
Desnivel – 2025
